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Llega la primavera y con los primeros calores estamos más expuestos al aire libre, comenzamos a cambiar el vestuario y a estar más ligeros de ropa, estimula las actividades sociales y deportivas. ¡Se viene un cambio!
Este cambio nos lleva a pensar qué
mostramos a los demás, cuando sacamos a relucir el vestuario del año pasado o
compramos ropa de la nueva temporada nos ponemos a pensar qué imagen estamos
dando. Muchas veces se piensa qué cuerpo tenemos y qué cuerpo queremos,
comienza una evaluación que a veces es muy estricta y poco realista. Aparecen
en las revistas los cuerpos perfectos de las modelos y se quiere tener ese cuerpo como se compra ese jeans que tiene puesto.
Empiezan los apuros por ponerse a punto y
a veces se cae en la tentación de someterse a una dieta de moda que promete
resultados increíbles en el poco tiempo que queda. ¡Para conseguir esa meta se
requiere un gran entusiasmo y mucha motivación pero parece valer la pena!
Arrancás con toda la fuerza haciendo todo al detalle como te indican, según la
luna, según la hora, según la actividad, lo que sea ese primer día pensando en
el bikini que te querés poner.
Pero llega el segundo o el tercer día y
el esfuerzo es insostenible, el malhumor aumenta, el cuerpo es el mismo, ¡nada
cambió! Los demás hacen vida normal y vos estás presa de esa dieta que no te
permite nada y encima cada vez con menos fuerza…generalmente aquí viene el
derrumbamiento…chau dieta, chau hambre. El problema es que el salir de la dieta
no es con buenos modales sino un desbarrancamiento, no se vuelve a un comer
normal sino con una pérdida de control total producto de las ganas acumuladas,
del soñar con los alimentos prohibidos. No se vuelve al comienzo sino más
atrás, porque se perdieron las esperanzas de lograr ese cuerpo deseado y si
sabés que no estás comiendo de la forma adecuada. Esta puede ser una puerta de
entrada a la Bulimia
Nerviosa , una oscilación permanente entre la restricción
alimentaria y la pérdida de control frente a la comida.
Otra consecuencia puede ser el extremo
del control, la
Anorexia Nerviosa : se logra mantener la dieta y se logra
bajar de peso. Sin embargo, no estás conforme, querés continuar bajando de
peso, o tenés miedo que al abandonar la dieta el peso no se mantenga sino que
recuperes más de lo que perdiste. Conclusión: adicción a la dieta, no hay cómo
dejarla.
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