domingo, 17 de diciembre de 2017

En estas Fiestas...


En estas fechas, padres y personas cercanas a personas con Trastornos Alimentarios nos consultan cómo manejarse con las comidas en estas fiestas. Sabemos que es frecuente que la comida y la bebida abunde y se ofrezca como agasajo, hay muchas oportunidades para sentirse que se excede con la comida.

A nuestros pacientes les fortalecemos para participar en todos los festejos que tengan y que logren ser experiencias de disfrute y celebración con otros, en donde la comida justamente no sea lo central del día, sino el encuentro, el contacto con la gente querida, recordando eventos pasados o planificando nuevos.

Un porción de la misma comida que todos los demás, y una porción doble del afecto de todos los días, recordar que estamos cerca, cuidándonos y cuidando a quien está a nuestro lado. Seguro no tendremos presente qué forma tiene su cuerpo o su plato de comida y si atenderemos qué está sintiendo y necesitando en ese momento.

Brindar por la salud y por ese encuentro, no por el contenido de la copa.

A todos: ¡Felices Fiestas!


sábado, 2 de diciembre de 2017

Primero que nada quiero decirte gracias por leerme, haber llegado aquí significa que necesitas ayuda o información para afrontar los momentos por los que estás pasando, y yo estoy para brindártela.

Un trastorno alimentario se supera hablando, con apoyo familiar, grupos terapéuticos y lo más importante, querer salir adelante.

Te cuento cómo llegué a Vitalis. Todo empezó a finales de 2015, el cuerpo, el ejercicio físico y la comida pasaron a ser el foco de mi vida. Viajé con mi familia a Estados Unidos con lo que mencioné, no lo reconocía como un problema y convencía a mi seres queridos de ello.

Fue en febrero de 2016 cuando me diagnosticaron anorexia nerviosa y el mundo se me calló abajo. Yo decía, “¿Cómo puede ser posible?”
A mi madre le costaba reconocerlo.

A partir de ahí, me asignaron un grupo de profesionales: psiquiátra, nutricionista y médico general, la psicóloga no la acepté, no quería hablar, ya había tenido suficiente. Y estuve trabajando con ellos gran parte del 2016, no avanzaba, eran subidas y bajadas, tanto de peso como de ánimo.

Luego aparecieron los atracones, sentía impotencia y fracaso de ello, a lo que se le unía la restricción, un peor carácter y más ejercicio. Fuí con mi padre a buscar ayuda de psicólogos y me derivaron a Vitalis.

Estaba muy triste y enojada por ello, me imaginaba lo peor de tal lugar, chicas “malas” y que iba a hablar de mis intimidades, las cuales nunca había revelado.

Bueno, pues, tengo que contarte que en su mayoría estaba equivocada. Cuando llegué me inundaron de alegría, apoyo, protección. Chicas y profesionales que jamás olvidaré. Hablé y hablé  en cada terapia grupal con todas ellas y las psicólogas, hice bien el tratamiento y los atracones desaparecieron, con ellos la restricción y mi felicidad volvió a aparecer.

Hoy puedo decir que ese enojo que sentí se volvió agradecimiento, increíble la ayuda que recibí (como también la de mi familia y amigas).

Ahora sé que la comida y mi cuerpo son un camino que utilizo para reflejar mis aflicciones, problemas e inseguridades; cada día refuerzo mi persona para que la patología que llevo conmigo se apague.

Gracias nuevamente por dedicar tú tiempo a leerme. Estamos para ayudarte, no dudes en venir y consultar, te prometo que será de gran apoyo; pero cabe destacar que un trastorno alimenticio no se va de un día para otro, es constancia, respetar lo que se pide tal cual, escuchar y pedir ayuda.

LT💕

viernes, 24 de noviembre de 2017

Carta a la Bulimia

"Recuerdo cuando te conocí. El vacío comenzaba a incomodarme, pero no era totalmente consciente de ello. Algo en mí sabía que había algún problema por resolver, algo que mejorar. Aun así, no alcanzaba a ver en lo profundo, no había claridad, la vista se borroneaba y la oscuridad era atemorizante. Me topé con la errónea idea de que cambiar mi exterior era lo que necesitaba. Acto seguido, ya no veía ni creía nada más.

Fue ahí que entraste a mi vida. Te abrí las puertas engañada, creyendo que me ayudarías a ser mejor, a alcanzar el éxito. Me convenciste y confié, mientras tú te alimentabas de mis miedos.

Para entonces crecías a una velocidad increíble, estabas fuera de control. Tu desarrollo era directamente proporcional a cuán pequeña me hacía yo, y día a día más difícil era convivir contigo.
Estaba presa, encerrada en lo que parecía un laberinto sin salida, en el que los muros se derrumbaban sobre mí. Durante años el encierro y la tristeza hicieron que perdiera contacto con el mundo a mi alrededor. La desesperación me llevó a tomar mil veces el camino equivocado, y a emplear medidas extremas que jamás imaginé, que dolían y me alejaban de lo que alguna vez había creído ser. Tuve suerte de no acabar con mi vida, y de todas formas seguía preguntándome si realmente quería salir de ese tormento.

El tiempo seguía pasando, ya no salía el sol; las heridas eran cada vez más profundas, pero ya me había acostumbrado al dolor... me estaba rindiendo.
Con mi pena, arrastraba también a quienes más quería, incluso a mi madre, a quien contagiaba todo mi sufrimiento, abusaba de su confianza, y la sometía a la impotencia de ya no saber qué hacer para ayudarme.

Toqué fondo... no podía seguir viviendo de esa forma. El mundo no me había esperado, me estaba quedando atrás, y la decisión de correr tras mi futuro o no, estaba en mis manos.
Me enfrenté a un camino que se bifurcaba perfectamente en dos. En el final de uno de ellos, el más largo, había una pequeña y tenue luz. Piedras enormes obstaculizaban el paso, parecía imposible de cruzar. Un terrible frío me recorrió el cuerpo y sentí que por un instante recordaba cómo era ser feliz, y que de hecho habían razones para intentarlo. Fue entonces que entendí que debía luchar, enfrentarme a mis más profundos miedos, y asegurarme que ante el menor tropezón debía seguir.

Sabía que quería llegar a la luz.


Hoy puedo decir que esta carta es parte de nuestra despedida. Aún sigo transitando aquel camino, y entiendo que seguiré haciéndolo un tiempo más. Pero el sol ha vuelto a salir, he superado pruebas y puedo llevar la frente en alto, sonreír y decirte que estoy orgullosa de mí. Tengo en mano mi pasaje sin retorno con destino a la libertad, que está lejos, MUY LEJOS DE TI"




domingo, 19 de noviembre de 2017

Mito


Los Trastornos Alimentarios son problemas psicológicos graves que progresivamente van deteriorando distintas áreas de la vida de una persona. Es posible superarlos y liberarse del sufrimiento de sentirse menos que los demás por el cuerpo que se percibe se tiene. Para esto, es imprescindible realizar un tratamiento específico que incluya atención psicológica, psiquiátrica y nutricional que brinde las herramientas para lograr el cambio buscado.

domingo, 12 de noviembre de 2017

La Anorexia y Bulimia Nerviosa son conductas para llamar la atención


Los trastornos alimentarios tienen comienzo habitualmente durante la adolescencia, sus síntomas suelen confundirse con conductas propias de esta etapa evolutiva, lo cual genera muchas veces demorar su diagnóstico y no realizar el abordaje adecuado a tiempo. Una escucha atenta, a través del diálogo respetuoso es una buena forma de empezar a acercarnos a quien puede reclamar nuestra atención.

La recuperación del Trastorno de la Conducta Alimentaria está vinculada a las razones que lo desarrollaron.


Aunque algunas personas pueden decir que un evento o razón causó su Trastorno de la Conducta Alimentaria muchas personas no tienen una causa específica de su enfermedad. No hay indicio que la comprensión de la causa colabore con la primera etapa de la recuperación. Independientemente del porqué un individuo desarrolló su Trastorno de la Conducta Alimentaria, las prioridades del tratamiento son recobrar un peso y hábitos de comida normales, al mismo tiempo que suspender las conductas compensatorias.



lunes, 6 de noviembre de 2017

Algunos Mitos sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria        Parte II


Todo el mundo tiene algún Trastorno Alimentario.


Si bien todos estamos insertos en una cultura que sobrevalora la imagen y la delgadez no todas las personas desarrollan un trastorno alimentario. La diferencia está tanto en el daño orgánico que estas conductas generan, como en su repercusión en el funcionamiento y disfrute de la vida social. 


Un Trastorno Alimentario no es un problema grave a menos que tenga un muy importante adelgazamiento. 


Los Trastornos de la Conducta Alimentaria tienen una tasa de mortalidad más alta que cualquier otro trastorno psiquiátrico, además de las complicaciones médicas causadas por las formas alteradas de alimentarse, las purgas, el ejercicio físico excesivo y los atracones; el suicidio es muy común entre las personas que sufren estos trastornos. En los casos en que no llega a ser fatal, la calidad de vida de quienes lo sufren es mucho más baja que para el resto de la población.

La anorexia es el único Trastorno Alimentario serio.


Las investigaciones demuestran que el daño producido por las purgas como vómitos, abuso de laxantes y diuréticos generan una pérdida de electrolitos que pueden producir una muerte súbita resultado de un ataque al corazón. Al igual que en la Anorexia Nerviosa, el malestar en relación al cuerpo propio es similar y genera sentimientos de minusvalía que deterioran el relacionamiento con otras personas.






domingo, 22 de octubre de 2017

Algunos Mitos sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria

                                                                                                                                                  

En esta sección presentamos algunos conceptos que a veces se confunden al momento de diagnosticar o indicar un tipo de tratamiento para las personas que sufren un Trastorno Alimentario. Esto ocurre con mucha frecuencia y a veces el deseo de ver a nuestros seres queridos bien nos dificulta evaluar con mayor precisión lo que ocurre.


Parte I


Los trastornos alimentarios son una decisión. Necesito decirle a mi ser querido que debe abandonar esas costumbres y explicarle el daño que le ocasionan.

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades médicas y psicológicas complejas que la persona no elige y que los padres no las causan. La Asociación Americana de Psiquiatría clasifica diferentes tipos de trastornos de la conducta alimentaria en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés) edición 5: la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, trastorno por atracón, trastorno evitativo/restrictivo de la ingesta alimentaria, pica, trastorno de rumiación y otros trastornos especificados de la alimentación o trastornos de la conductas alimentaria. Varias décadas de investigaciones genéticas indican que factores biológicos son una consideración importante en quien desarrolle un trastorno de la conducta alimentaria. No son un capricho y no pueden abandonarse solamente con la voluntad de quien lo sufre, requiere ayuda profesional especializada.

Como no veo a mi ser amado practicando conductas alimentarias desordenadas, no necesito preocuparme por él/ella.

Muchos individuos con trastornos de la conducta alimentaria se esfuerzan por ocultar los síntomas de su enfermedad porque se sienten avergonzados o porque tienen miedo de que alguien vaya a hacer que se detengan. No es raro que la familia de una persona enferma esté sorprendida de la gravedad de los síntomas de los trastornos de la conducta alimentaria cuando se recibe el diagnóstico. Si sabe que un ser querido está teniendo síntomas, es importante que le exprese preocupación, con empatía y compasión, y lo anime a que busque ayuda. Nunca lo culpe o juzgue. 

Las conductas de los trastornos de la conducta alimentaria sólo están enfocadas en la comida.

Los individuos con trastornos de la conducta alimentaria generalmente tienen una forma incorrecta de enfocarse en la comida y el peso, pero los síntomas se extienden más allá de la comida. Numerosas investigaciones científicas han demostrado una relación entre trastornos de la conducta alimentaria, perfeccionismo y patrones obsesivos, que pueden llevar a una fijación excesiva en las notas, la práctica de los deportes, etc.



jueves, 5 de octubre de 2017

Nos cuidamos en verano y todo el año

www.vitalis.com.uy

Llega la primavera y con los primeros calores estamos más expuestos al aire libre, comenzamos a cambiar el vestuario y a estar más ligeros de ropa, estimula las actividades sociales y deportivas. ¡Se viene un cambio!


Este cambio nos lleva a pensar qué mostramos a los demás, cuando sacamos a relucir el vestuario del año pasado o compramos ropa de la nueva temporada nos ponemos a pensar qué imagen estamos dando. Muchas veces se piensa qué cuerpo tenemos y qué cuerpo queremos, comienza una evaluación que a veces es muy estricta y poco realista. Aparecen en las revistas los cuerpos perfectos de las modelos y se quiere tener ese cuerpo como se compra ese jeans que tiene puesto.

Empiezan los apuros por ponerse a punto y a veces se cae en la tentación de someterse a una dieta de moda que promete resultados increíbles en el poco tiempo que queda. ¡Para conseguir esa meta se requiere un gran entusiasmo y mucha motivación pero parece valer la pena! Arrancás con toda la fuerza haciendo todo al detalle como te indican, según la luna, según la hora, según la actividad, lo que sea ese primer día pensando en el bikini que te querés poner.

Pero llega el segundo o el tercer día y el esfuerzo es insostenible, el malhumor aumenta, el cuerpo es el mismo, ¡nada cambió! Los demás hacen vida normal y vos estás presa de esa dieta que no te permite nada y encima cada vez con menos fuerza…generalmente aquí viene el derrumbamiento…chau dieta, chau hambre. El problema es que el salir de la dieta no es con buenos modales sino un desbarrancamiento, no se vuelve a un comer normal sino con una pérdida de control total producto de las ganas acumuladas, del soñar con los alimentos prohibidos. No se vuelve al comienzo sino más atrás, porque se perdieron las esperanzas de lograr ese cuerpo deseado y si sabés que no estás comiendo de la forma adecuada. Esta puede ser una puerta de entrada a la Bulimia Nerviosa, una oscilación permanente entre la restricción alimentaria y la pérdida de control frente a la comida.

Otra consecuencia puede ser el extremo del control, la Anorexia Nerviosa: se logra mantener la dieta y se logra bajar de peso. Sin embargo, no estás conforme, querés continuar bajando de peso, o tenés miedo que al abandonar la dieta el peso no se mantenga sino que recuperes más de lo que perdiste. Conclusión: adicción a la dieta, no hay cómo dejarla.

 

¿Qué hacer entonces? ¡Cuidarse todo el año! O sea tratarnos bien todos los días, alimentarnos sanamente, nada exagerado, lo normal para una persona de tu edad. Sin restricciones pero sin desbundes, comer de todo no es comerse todo. Así nos disfrutamos todas las estaciones, no solo cuando el sol calienta.