Llegaste sin pleno aviso.
Todo comenzó un día
cuando creía que todo estaba bien pero, de repente, te volviste mi amiga, un
fantasma que, poco a poco, me consumía. Poco a poco me destrozaba la vida en
pedazos muy pequeños y cortantes que
hicieron añicos mi cuerpo literalmente.
Por tu culpa sentía asco hacia mí misma en
cada instante y nunca fuiste comprensiva. Cuando más débil me sentía, ahí
estabas tú para hacerme más invisible ante mí y consecuentemente también hacia
los demás.
Me sentía muy triste y derrotada por cada
visita al baño. Mi cuerpo se había convertido en un campo de batalla y mi única
estrategia de supervivencia era la violencia hacia mí misma. Tuve que tocar
fondo para comenzar a ver la luz.
Para mí la clave de este proceso fue plantearme seriamente una pregunta: ¿
quiero vivir o me voy a conformar con sobrevivir?
Ahí logré dejar de vomitar más allá que no consistía solo en eso. Porque todo
suena muy bonito pero si dijera que ese es un capítulo cerrado estaría
mintiendo. Es cierto que conseguí dejar de vomitar pero por dentro seguía siendo la misma chica
que se sentía mal consigo misma.
Pero, poco a poco, fui logrando lo que sentía
que jamás volvería a sentir. Tratas de
ganar la confianza de las personas que siempre han estado conmigo y que
nunca me soltaron la mano. Porque la confianza se pierde en un instante pero
recuperarla es muy difícil.
Empecé a construir mi vida otra vez, luchando
contra las voces que me atormentaban en mi cabeza y declararle la guerra fue un
hecho. Ahí le di sentido a todo.
La comida me daba miedo pero aprendí a comer
sano y rico y a disfrutar de ella todo lo que pueda. Hoy en día sentarme y
disfrutar de un rico dulce de leche es lo mejor. Quizás es una tontería pero
para mí fue todo un reto y no me da vergüenza decirlo, al contrario, estoy
feliz por ello.
El deporte era en mi cabeza solo una forma de perder peso e intentar pertenecer a esa belleza delicada y frágil. Ahora hago
deporte para sentirme fuerte y disfruto
hacerlo.
Cuando sufres esto, crees que es imposible
parar pero no es cierto. Lo que quisiera decirles a las personas que atraviesan
este calvario es que son, somos, bellas tal y cual somos.
Por eso cuando te sientas gorda recuerda:
“gorda no es un sentimiento”. Gordo se es o no se es y si te sientes gorda tienes
que tener claro que es eso: solo la forma de tu retorcida cabeza de procesar
otro sentimiento como la tristeza, la impotencia o ansiedad.
No digo que sea fácil, porque para nada lo es
y no lo fue par a mí… pero les digo que no hay nada más bonito que quererse a
una misma.
Yo fui víctima de la Bulimia pero pude
superarlo y qué bonito se siente!
Si yo pude, uds también pueden…de eso no me
queda la menor duda.
Gracias a todos, mis compañeros y a todo
el equipo de Vitalis que me ayudaron a vivir y comprender que la vida va más allá del
cuerpo.
Hoy me voy con las herramientas necesarias
para salir adelante y ayudar a más personas que puedan pasar por la misma
situación.
Hoy te digo adiós para siempre. Fuiste mi
amiga por muchos años pero hoy no te necesito.
Nunca olviden el dicho que aprendí y sigo
aprendiendo: lo único imposible es aquello que no intentas.
Yo pude…uds también!
Adiós a mi amiga bulima.
Y.R.